Wednesday, July 12, 2006

a los dos lados del charco el colectivo para y sube a dos más. Quizás el chofer este ya arto de ver subir gente y ni les preste atención. mientras unos empujan para atrás, otras se escabullen buscando el pasamano más próximo. los vidrios se encuentran empañados y el bao sale de los cuerpos por última vez. una señorita de lagos cabellos enrulados esta sentada en los primeros asientos. en los asientos de atrás unos labios carnoso de hombre silban enserpentinadas frases de algún solo heroico. en medio de la fila asientos de a uno se encuentra un viejito inclinado sobre un cuaderno de anotación que castiga con el ataque repentino de su genio, mientras apoya la mano libre sobre la ventana para sentir las vibraciones de la maquina. hay mucha gente. algunos de buen vestir, otros haraposos. de momentos parece un gallinero, un cocoliche, un volcán a punto de hacer erupción; pero después algo armoniza la escena y puede uno sentir la tranquilidad reinar.
dos veces han sonado los frenos de aire en esta jornada y dos veces a reinado el silencio sobre el constante murmullo. la manga polvorienta de un saco barato se alza para luego dejar caer una mano negra y pesada sobre el hombro de uno de los recién llegados..."el mas castigado" se dice para sus adentros. el peso del brazo lo despierta y levanta su gacha mirada hasta alcanzar los ojos ciegos que parecen estar mirando siempre mas adelante.
de entre la gente que se apilona en el pasillo un brazo sobresale. una mano blanca y robusta hace un gente como de acercarse. el segundo ingresante mira sin saber que hacer, pero finalmente se anima y se hace paso entre los pasajeros. al llegar a la parte trasera un risa roñosa se le hizo familiar. aunque no era el quien lo había llamado, sino esa persona corpulenta que se sentaba junto a su amigo... "dos titanes" pensó y se adentro en la conversación... quizás estuvieran hablando de fierros.

al arrancar el empedrado cruje y el caño de escape escupe una nube de humo gris molesto que se filtra en nuestras narices y nos hace picar... nos molesta para avisarnos que alguien se ha ido

Oscar, Syd, buen viaje

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