y mañana será siempre mañana, y podré salir tranquilo, bajar por las escaleras al primer subte. llevar una almohada de 600 paginas y despertar serca del entendimiento. quizás el calor me hostigue con su incisivo cuestionar y salte en la primera boca, llevándome conmigo un juego de gomitas para el pelo que estan, solo por esta ocacion, a un presio promocional, que es, digámoslo, porque no, una verdadera oferta.y cuando logre escabullirme por los ladrillos del paredon que no me deja salir del bagon, quisas te encuentre, esimismada, mirando una revista de moda o intentando desanudar algo que estupidamente entremezclaste por matar el tiempo (ahorcarlo?). quizás te diga todas esas cosas que (debería y) no quiero, o tal vez siga hablando del clima o de algún detalle estupido sobre algun disco sin importancia que escuche no se donde, pero que por alguna estupida razon pienso que te interesaría.
o podría acompañarme algún libro de letras grandes, para compartirlo picarescamente contigo, mientras esperamos que la locomotora se detenga en medio del desierto de sombras que separa las estaciones, para ver escapar tu sonrisa nerviosa espiando mis pantalones y poder escoger con detenimiento el momento preciso de acariciar tus pechos sin hacerles daño. pero cuando vemos que la maquina sigue su marcha avitual, me rosas con la muñeca el muslo avisandome que ya terminaste la hoja y yo tardo, regateandote otra carisia. entonces, si, voy girando la hoja, simulando seguir la ultima frase de la segunda hoja. me lo vas a agradecer regalándome una mirada lo suficientemente perdida como para no comprometer tu orgullo, mientras caminas acompañando desde el anden el movimiento del subte… que me lleva, me arrastra adentro, mucho mas adentro de lo que antes estuve.
- tres viajes... por favor